La Unidad Militar de Emergencias

190520131137581No es ni de lejos mi deseo ni  mi intención terciar en el debate que en estas mismas páginas plantean dos prestigiosos oficiales superiores del Ejército y de la Armada sobre la Unidad Militar de Emergencias (UME) creada en el año 2005 bajo el impulso y la administración de un gobierno socialista. Yo vivo en el convencimiento de que no siempre es oro todo lo que reluce y procede del poder político. Tenemos muchas pruebas de ello pero que no procede ahora aquí relatar. Por este motivo creo firmemente también que analizar con el debido criticismo todo lo  que puede afectar  seriamente a la misma esencia de las Fuerzas Armadas o por lo menos al concepto que de ellas podemos tener los que hemos dedicado lo mejor de nuestras vidas  a su servicio, es la mejor forma de patriotismo que se puede exigir a los profesionales de la milicia, en tiempo de paz. Por tanto, toda discusión, todo debate sobre cualquier tema que pueda afectar al concepto  de los ejércitos, o a su empleo, por parte del poder político no solo me parece conveniente si no completamente necesaria. Y tal es el caso, por lo que podemos ver y leer, del controvertido asunto de la creación y existencia  de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Zapatero-primera-visita-UME_ECDIMA20151019_0003_20Al leer en el blog del General Dávila el debate sobre la UME mantenido por el General Alamán y el Almirante Tafalla me quedé un tanto perplejo conmigo mismo puesto que pude constatar que, según mi criterio sobre el asunto,  estaba en completo  acuerdo con ambos. Ello me llevó a tener  la sensación de que  mi entendimiento de la  cuestión no era el adecuado y procedía por tanto, por coherencia conmigo mismo, salir de la perplejidad intentando analizar en lo posible la controversia planteada. El resultado de este análisis es el siguiente:

Como la  mayoría de los lectores de este blog bien conoce, la UME es una División del  Ejército de Tierra, probablemente de las mejor dotadas. La idea de su creación creo recordar que nació al más alto nivel político y se desarrolló sin las deseables consultas con el Ejército afectado. No sé si fue por este motivo  o por la naturaleza intrínseca de la unidad recién creada el caso es que  creo no exagerar si afirmo  que la mayoría de los militares en activo coincidimos entonces  en mantener  el mismo criterio: los ejércitos no están o no estaban , pensábamos ,  para cumplir las misiones que  se le asignaban a la nueva unidad cual si fuesen una suerte de  bomberos de élite capacitados para hacer frente a todo tipo  de contingencias que pudiesen afectar a la seguridad y bienestar de los españoles. Me parece que fuimos pioneros en esto si bien es cierto que la mayoría de las naciones de la Unión Europea ya habían previsto, y legalizado, la intervención de sus ejércitos en misiones de “homeland security”. La novedad española fue hacerlo de una manera organizada, institucionalizada y dotada de generosos presupuestos y recursos humanos (5000 hombres).Y en este punto es de  justicia  reconocer que todos los profesionales de la milicia dábamos por sentado y bien sentado que , llegado el agotamiento de  las posibilidades de las autoridades civiles para hacer frente a la emergencia desatada, correspondería a los ejércitos poner  a su disposición todos los medios materiales y personales disponibles  para hacerle frente, como sucedía y aun sucede en los países de nuestro entorno. Distinguíamos muy bien entonces entre lo que debe ser la excepción de lo que debe ser la regla. Pero bien , como consecuencia del  sentido de de la disciplina que alimenta al espíritu militar  y que el profesional de la milicia no dudan en aplicar al poder civil, al que indudablemente se debe, la UME echó a andar superando las normales reticencias inherentes a todo lo que puede tener un origen controvertido o  ser controvertido en sí mismo.visita_jemad

La realidad actual es que todos los años, cuando la ocasión llega, podemos comprobar cómo la UME se entrega en cuerpo y alma para cumplir con la mayor eficacia las misiones que se le asignan, con la misma eficacia,  dedicación y abnegación como si de la guerra misma se tratase. Y esto fue y es bien percibido por la opinión pública, y por toda la sociedad en su conjunto, lo que  contribuye al alto grado de respeto, buena imagen y   prestigio del que nuestras Fuerzas Armadas pueden disfrutan ahora mismo. Es muy importante que la sociedad española confíe  plenamente en sus ejércitos , casi como confían nuestros aliados los ingleses en los suyos: a la menor dificultad, al menor problema, sobre todo si tiene  carácter internacional,   se manda a la Royal Navy, piensan ellos, no sin fundamento, y asunto concluido , problema resuelto. Bueno, en nuestro caso las cosas nunca van a ser así, ni es quizá completamente necesario que así sean, porque los españoles somos quizá demasiado críticos con nosotros mismos y con nuestras instituciones, en general.

Ahora bien, desde cierta distancia en el tiempo desde el momento de  su creación nos encontramos con dos formas de entender la UME. Unos, los que van aceptando  progresivamente sus actividades  principalmente como un medio para conseguir el afecto y la percepción por la  sociedad de la necesidad y eficacia de sus ejércitos y otros, los que siguen manteniendo los criterios que la mayoría mantuvimos en sus orígenes: las Fuerzas Armadas no tienen por qué  estar específica y previamente  asignadas al cumplimiento de misiones de “homeland security”, como las que la UME tiene  asignadas, porque  , llegado el caso, estas Fuerzas Armadas colaborarán, por sí mismas y  su propia naturaleza,  abierta y denodadamente en la solución de cualquier catástrofe que ponga en peligro la seguridad y bienestar de los españoles. Creo sinceramente que, al menos desde un punto de vista más preciso y crítico, es posible que sean estos  últimos los que lleven la mayor parte de la razón, por los motivos siguientes:

chacon--644x362 -Son las autoridades civiles las que  tienen que dotarse  de los medios suficientes para hacer frente a sus responsabilidades  ante eventuales  catástrofes a las que tendrán que hacer frente. La actuación de los ejércitos, en el caso que estamos considerando precisamente a través de  la UME,  debe de estar  completamente sometida a las autoridades civiles correspondientes y únicamente deben de intervenir cuando éstas se vean desbordadas completamente.

-Las autoridades civiles no se van a dotar de los medios necesarios si saben que, llegado el caso, cuentan con una organización como la UME con medios y personal para hacer frente a todo tipo de emergencias y a la que pueden acudir en cualquier momento. La UME se presenta así como un instrumento a su servicio pero a cargo de otro presupuesto: el  de Defensa.

-Es en este punto donde se produce, o en la práctica se puede producir, una inversión de responsabilidades. Las Fuerzas Armadas se ven obligadas por ley y de una forma institucionalizada a asumir unas competencias que verdaderamente no les corresponden para ser utilizadas como

simples instrumentos puestos a disposición de las autoridades civiles que, a su vez, deberían de organizarse adecuadamente con su propio presupuesto y no con el de la Defensa.DGC-141012-Desfile-militar-8

-Si se acepta la UME tal y como está ahora organizada se podría ir deformando, poco a poco, la verdadera misión que da sentido a la existencia de las fuerzas armadas: la preparación para la guerra y, llegado el caso, para hacer frente a la guerra misma. O para el conflicto armado si esta palabra, guerra, suena demasiado fuerte. En un ambiente de graves limitaciones presupuestarias, la UME se puede interpretar como un lujo ,previsto y planeado para situaciones siempre contingentes , y que entra en competencia con un anhelo nunca alcanzado: la adecuada dotación presupuestaria para que las Fuerzas Armadas puedan cumplir con las misiones que por Ley tienen asignadas.

unnamed -Para los aficionados al tema podría recomendar el libro ”What Should Armies Do” del profesor  del Marshall Center, como todos sabemos localizado en la ciudad de  Garmisch (Alemania), John L. Clark,  antiguo oficial paracaidista del ejército norteamericano, en el que se analizan las misiones de carácter civil que los ejércitos pueden o deben de llevar a cabo. Se da la circunstancia de que el profesor Clark estuvo en España no hace mucho tiempo visitando el Estado Mayor de la UME donde sin duda fue debidamente ilustrado sobre  qué es y cómo está organizada la UME en  España. La edición de este libro es posterior a esta visita.

Capitán de Navío (R.) Aurelio Fernández Diz